FOTOTERAPIA

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miércoles, 14 de abril de 2010

FOTOTERAPIA

La fototerapia se utiliza para ayudar a los bebés que tienen ictericia, o sea que presentan una coloración amarillenta de la piel y ojos, por un problema de mal funcionamiento de su hígado.
Se debe aplicar cuando los bebés presentan niveles elevados de bilirrubina en la sangre.


La fototerapia ayuda en estos casos, ya que las lámparas fluorescentes azules generan longitudes de onda específicas de luz que ayudan a descomponerla en componentes hidrosolubles no tóxicos que pueden ser excretados del cuerpo fácilmente. Para ello se coloca al bebé desnudo bajo las luces cambiándolo de posición frecuentemente. Deben tener los ojitos bien tapados para protegerlos de la luz brillante y durante el proceso se debe vigilar su temperatura, reacciones y signos vitales.

También es necesario evitar la deshidratación, por lo que se deben administrar líquidos vía intravenosa durante el tratamiento.

Sin embargo y a pesar de que el tratamiento es muy efectivo, se deben tomar en cuenta ciertos aspectos del bebé antes de aplicarlo.

- Si se combinan tres aspectos: bajo peso al nacer, su tiempo de vida menor a 24 horas y altas concentraciones de bilirrubina en sangre, es mejor hacerle una transfusión sanguínea, conocida como exsanguino transfusión.

- Si es mayor a 24 horas de nacido pero sus concentraciones de bilirrubina son muy elevadas, es conveniente también hacer una transfusión.

DIAGNOSTICO DE LA ICTERICIA

Síntomas y diagnóstico

La ictericia suele aparecer alrededor del segundo o tercer día de vida. Comienza por la cabeza, desde donde se va extendiendo al resto del cuerpo en sentido descendente. La piel de un bebé con ictericia se ve amarillenta, apareciendo esta coloración primero en la cara, luego en el pecho y el abdomen y, por último, en las piernas. La esclerótica también puede adquirir una tonalidad amarillenta.

Puesto que en la actualidad se suele dar el alta hospitalaria a los bebés uno o dos días después del nacimiento, es recomendable llevarlos al pediatra uno o dos días después de salir del hospital para que puedan evaluarles la ictericia. Asimismo, los padres deberán fijarse en la coloración de la piel de sus recién nacidos para detectar posibles signos de ictericia.

Si su recién nacido tiene la piel o la esclerótica de color amarillento, debería ponerse en contacto con el pediatra del pequeño para saber si presenta una ictericia clínicamente importante.En la consulta del pediatra, es posible que a su hijo le extraigan una pequeña muestra de sangre para determinar la concentración de bilirrubina en sangre. Algunos pediatras utilizan un medidor de luz para obtener una medida aproximada de la concentración de bilirrubina en sangre y, solo si obtienen una concentración elevada, solicitan un análisis de sangre. La gravedad de la ictericia dependerá de la edad del bebé y de la presencia de otros trastornos.

Cuándo llamar al pediatra

Debería llamar inmediatamente al pediatra si:

detecta signos de ictericia durante las primeras 24 horas de vida del bebé

la ictericia se está extendiendo o intensificando

el bebé tiene una temperatura rectal de más de 37,8º C (o 100º Fahrenheit)

El bebé tiene mal aspecto y/o se comporta como si se encontrara mal.

Llame al pediatra inmediatamente si se intensifica el color amarillo de la piel del bebé o si este está muy desganado y/o más somnoliento que de costumbre.

Es difícil determinar la gravedad de la ictericia solamente observando a un bebé, de modo que cualquier bebé que tenga los ojos y/o la piel amarillos debería ser evaluado por un pediatra.

TIPOS DE ICTERICIA

Los tipos más frecuentes de ictericia neonatal son:

Ictericia fisiológica (normal): presente en la mayoría de recién nacidos, este tipo de ictericia obedece a la inmadurez del hígado de los lactantes, que procesa la bilirrubina lentamente. Generalmente aparece entre el segundo y el cuarto día de vida y desaparece cuando los bebés tienen entre una y dos semanas.

Ictericia del prematuro: es frecuente en los bebés prematuros, que tardan más en regular eficazmente la excreción de bilirrubina. En los bebés prematuros, la ictericia debe tratarse a concentraciones más bajas que en los bebés a término a fin de evitar posibles complicaciones.

Ictericia asociada a la lactancia materna: la ictericia se puede presentar cuando un bebé amamantado no está ingiriendo suficiente leche, sea debido a dificultades con la lactancia o a que a la madre todavía no le ha subido la leche. No está provocada por un problema de intolerancia a la leche materna sino que se debe a que el bebé no se está alimentando lo suficiente.

Ictericia asociada a la leche materna: entre el 1 y el 2% de los bebés amamantados presentan un tipo de ictericia provocada por determinadas sustancias presentes en la leche materna que pueden hacer que aumente la concentración de bilirrubina en la sangre al no poder excretarla a través de los intestinos. Este tipo de ictericia aparece entre los tres y los cinco primeros días de vida y suele mejorar entre la tercera y la duodécima semanas.

Incompatibilidad de grupo sanguíneo o de Rh: si un bebé tiene un grupo sanguíneo distinto al de su madre, es posible que esta produzca anticuerpos que destruyan los glóbulos rojos del pequeño, lo que provocará una acumulación repentina de bilirrubina en la sangre del recién nacido. La ictericia provocada por la incompatibilidad de Rh o grupo sanguíneo puede aparecer tan pronto como en el primer día de vida. En el pasado, los problemas de Rh eran la causa de los casos de ictericia más graves, pero ahora pueden prevenirse inyectando inmunoglobulina Rh a la madre durante las primeras 72 horas del posparto, lo que impide que fabrique anticuerpos que podrían poner en peligro la vida del bebé.

Ictericia en el Recien Nacido... Mas frecuente de lo que crees...

La ictericia, un trastorno frecuente en los recién nacidos, se refiere al color amarillento de la piel y la esclerótica (el blanco del ojo) provocado por un exceso de bilirrubina en la sangre.

La bilirrubina es el producto resultante de la descomposición normal de los glóbulos rojos.
Normalmente la bilirrubina se procesa en el hígado y se excreta en forma de bilis a través de los intestinos. La ictericia aparece cuando la bilirrubina se acumula en la sangre porque el hígado de los recién nacidos no es capaz de descomponerla y eliminarla con la suficiente rapidez. Esto puede deberse a diverso motivos, como:


Los recién nacidos fabrican más bilirrubina que los adultos porque renuevan más a menudo los glóbulos rojos.
El hígado de los recién nacidos todavía se está desarrollando y esa inmadurez no les permite eliminar la cantidad adecuada de bilirrubina de la sangre.
Los intestinos los recién nacidos reabsorben una cantidad demasiado elevada de bilirrubina antes de eliminarla a través de la las heces.


A algunos bebés, una concentración elevada de bilirrubina en sangre -generalmente superior a 25 mg- puede provocarles sordera, parálisis cerebral u otras lesiones cerebrales. Muy poco frecuentemente, la ictericia puede indicar la presencia de otro trastorno, como una infección o un problema en la glándula tiroidea. La American Academy of Pediatrics (Academia Americana de Pediatría) recomienda examinar a todos los lactantes a los pocos días de nacer para determinar si tienen ictericia.